Hace unas semanas, escribía un artículo en el que celebraba que había cumplido un año desde que lancé el podcast de “Hablamos de SAP” y en el mismo os animaba a que rellenarais una breve encuesta de valoración, así como a sugerirme temas a tratar.
Por cierto, si alguien quiere, puede participar en la encuesta desde aquí: Valoración y sugerencias para “Hablamos de SAP”.
Una de las sugerencias ha sido: “¿Por qué no el tema de los juniors?”.
(Spoiler: en próximas semanas, habrá un episodio con alguien junior que nos cuenta cómo se inició en esto).
Y a eso se unieron 2-3 mensajes que recibí por LinkedIn esa semana, en los que gente que se había pagado una formación, por complementar la misma o para dar un giro en su carrera, al terminar se estaban encontrando con la dificultad de obtener una oportunidad para poner en práctica lo aprendido.
Concretamente, alguien me dice lo siguiente: “He notado que a menudo se habla de la necesidad constante de personal en este campo, pero me pregunto qué sucede con las oportunidades para los recién llegados. Específicamente, me preocupa la escasez de ofertas para puestos junior y la dificultad que conlleva obtener la primera oportunidad laboral”.
Y es cierto que es todo un poco incongruente, ya que sabemos todos que hay falta de talento cualificado y cuando la gente se forma no le damos opción a que lo pongan en práctica.
Hace 25 años, dentro del entorno SAP, estábamos en una situación similar, aunque con ciertas diferencias; por aquel entonces el coco no eran S/4HANA y 2027, era el “terrorífico” efecto 2000.
Muchas empresas, decidieron dar el paso de dejar atrás sus maravillosos desarrollos a medida y subirse al carro del ERP, a costa de “un poco” de dinero y “algo” de sufrimiento.
Por aquel entonces, había muy poca gente que conociera el producto, ni en los clientes ni en las consultoras; la documentación era la que era (no olvidemos que Google apareció en 1998, por ejemplo) y fuimos sobreviviendo como pudimos.
Las consultoras llenaban las aulas de formación SAP y salían consultores “a paladas”, los cuales eran milagrosamente transformados en expertos a los ojos del cliente, en poco más de 4 semanas.
Lo sé de primera mano, porque yo fui de esos alumnos, aunque en mi caso, me lo pagué de mi bolsillo, después de llevar varios años trabajando como pollo sin cabeza…
Y luego pasé al otro lado, como profe, pero ese boom ya había pasado; ya se habían intentado hacer hecho las implantaciones y ahora tocaba ir arreglando desaguisados haciendo “pequeños” ajustes.
Todo esto os lo cuento con más detalle en “Memorias de un Consultor”, concretamente en los episodios 20, 21 y 22.
El caso es que la situación era esa:
- Muchas consultoras pagaban esa formación.
- Los alumnos que iban como particulares recibían ofertas durante la formación y la gran mayoría de ellos firmaban un contrato incluso antes de terminarla.
- Los clientes pagaban unas tarifas a las consultoras a precio de tinta de impresora.
Después vinieron las vacas flacas, cuando los clientes se dieron cuenta que la tinta de impresora no era original o que realmente lo que le habías vendido era un bolígrafo “apañao”…
Y pasamos a la época de recibir peticiones de este tipo:
- Consultor certificado en MM, SD, FI, CO, HR, WM, PS, PP, con amplios conocimientos de ABAP.
- Más de 5 años de experiencia en implantaciones.
- Conocimientos altos de inglés, francés, alemán y suajili.
- Licenciado en Ingeniería y Máster MBA, imprescindible.
- Disponibilidad para viajar 100%.
- Tarifa máxima: 30 €/hora.
Evidentemente, exagero… ¡quién pillara esos 30 €/hora! 🤣
A ver, hablando en serio, pasaron unos años en los que los clientes, decidieron vengarse de los desfalcos realizar inversiones más comedidas y estabilizar sus implantaciones.
A medida que iban conociendo el producto, se iban dando cuenta de que habían sido dotados de un mágico poder, que les permitía hacer la mayoría de esos “eso no se puede hacer” que habían escuchados durante años.
Hasta aquí, pudiera parecer que los malos de la película son las consultoras y no tiene por qué ser así, como digo muchas veces, aquí tenemos parte de culpa todos.
Porque al igual que en su momento pudo haber alguna práctica cuestionable a la hora de vender como expertos a gente que no lo era; después los clientes han hecho también cosas difíciles de entender, cuando ves las condiciones de ciertos pliegos.
También os digo, que esto último se arreglaría, dejando muchos de esos pliegos desiertos, pero ya sabemos lo que pesan los “es que no tenemos que presentar” y los “si no, se lo van a llevar los otros”.
Pero vamos a 2023, ¿cómo estamos ahora?
Ahora mismo estamos en una situación en la que la falta de formación en las nuevas soluciones es algo claro e innegable, con independencia de lo que digan ciertas matrices de conocimiento.
Por regla general, ni consultoras, ni clientes, ni el propio SAP, estamos preparados para la avalancha que se viene encima y para la que cada vez queda menos tiempo.
Ante eso, SAP está lanzando varias iniciativas para intentar hacer más atractiva y accesible su tecnología; os dejo aquí el último artículo en el que hablaba de esto:
Muy bien, la gente se forma por su cuenta con esas herramientas gratuitas o soltando su dinerito, pero… ¿y después qué? ¿Dónde puedo poner en práctica todo esto?
Para dar respuesta a esto, en España, AUSAPE ha lanzado recientemente una iniciativa que va a permitir poner en contacto a empresas y candidatos, dentro del entorno SAP: “Portal de empleabilidad de AUSAPE”.
Dentro de los asociados de AUSAPE, hay clientes finales y consultoras, por lo que puede ser un gran punto de contacto.
Lo de que les falta gente, no es algo que me invente yo, es algo que podéis leer en muchos artículos, como este: “Consultoras TIC: la mina de oro no encuentra trabajadores”.
Y aunque podamos pensar que todo se va a solucionar con ChatGPT y soluciones low-code/no-code, lo cierto es que para que lleguemos a ese punto queda un tiempo y, sobre todo, también hace falta gente que sepa utilizar herramientas de ese tipo; algo que, a día de hoy también está demandado y no pagan mal: “Así son los ‘Prompt engineer’, la profesión más cotizada del momento y por la que pueden pagar hasta 300.000 dólares”.
Si hablamos de dinero, hace poco publicaba un artículo en LinkedIn que hablaba de los salarios en el entorno tecnológico y en los comentarios las opiniones eran diversas.
Hace poco, un amigo que tiene una consultora, me decía alarmado que había gente con 3 años de experiencia que le estaban pidiendo 45.000 €.
Tal y como está el mercado, no me parece algo desorbitado; no tiene sentido compararlo con la situación de hace 7-8 años con lo de “es que para que me pagaran a mí eso, me costó más de 6 años”… ya, pero las circunstancias no eran las mismas… ¿o pagas lo mismo por la luz y la gasolina que hace esos 7-8 años?
Otro día, alguien con 6 años de experiencia y un buen perfil, me comentó que estaba mirando para cambiarse y sus expectativas eran 55.000 €.
Ahora es buen momento para eso, para poder exigir, además desde la tranquilidad que te da el hacerlo desde un trabajo; aunque no trabajemos sólo por dinero, es un componente importante.
Otro amigo, me preguntó sobre en qué horquilla podría andar ahora alguien con 6 años de experiencia, que está trabajando en proyectos internacionales y en las últimas versiones; yo le dije que le veía entre 55.000 € y 65.000 €, pero lancé esta pregunta entre algunos colegas que están en distintas consultoras y me hablaron de bandas entre 40.000 € y 55.000 €, para mi sorpresa.
Puede que yo tire un poco por encima, porque estoy un poco fuera de las políticas remunerativas de las consultoras, pero 40.000 € me parece que, ahora mismo, está fuera de mercado.
Y uno de ellos me dijo: “es que luego el cliente nos paga tarifas de 30 €/hora”; a lo que yo le dije: “pues no vayáis a esos proyectos”; y me dijo: “ya, eso díselo a mis mayores”.
Y este es uno de los mayores problemas, que mientras no se paguen unas tarifas más competitivas, es imposible reciclar a la gente e incorporar a gente nueva con las formación adecuada.
Algunos clientes empiezan a ser conscientes de la problemática porque, por ejemplo, les cuesta meses incorporar gente en plantilla… otros no… y siguen jugando a apretar las tarifas porque además, al final, siempre entra alguien por el aro.
Eso sí, luego los resultados muchas veces no son los esperados, ¡como es lógico!
¿Cómo arreglamos esto?
- Los clientes, sacando pliegos/ofertas con precios realistas.
- Las consultoras, formando gente nueva (o dando oportunidad a la gente que se ha formado por su cuenta) y reciclando a la gente que tienes.
- SAP facilitando/abaratando el acceso a las herramientas.
- Y tú, como individuo, aprovechando todos esos recursos que tienes a tu disposición y demostrando a aquel que te dé una oportunidad que no se ha equivocado al hacerlo.
Creo que aún estamos a tiempo de hacer las cosas bien (eso sí, cada vez queda menos tiempo), ya que a diferencia de hace 25 años, ahora mismo tenemos muchísimos más recursos para acelerar ese aprendizaje y llegar medianamente preparados para pode afrontar con garantías lo que se nos viene encima.
Y termino el sermón, dirigiéndome a esos que buscan esa primera oportunidad: no os desesperéis, a veces las cosas llevan su tiempo, pero estoy seguro de que, a día de hoy, hay hueco para todos.
De momento, yo me apuntaría en el “Portal de empleabilidad de AUSAPE” y tocaría en la puerta de las distintas consultoras; siempre es más fácil que entrar en cliente final y, desde mi punto de vista, más interesante, especialmente al principio.
Yo, por mi parte, seguiré predicando en el desierto…
PD.- Todas las imágenes han sido generadas con DALL-E.
PD.- Lo de los dedos, las IA’s se lo tienen que hacer mirar.
Me ha gustado mucho este post ! Es un placer leerte.
Gracias por tu comentario 😜