En un día en el que, por desgracia, la palabra “guerra” está en boca de muchos y con la esperanza de que no sea una fecha que recordemos pasados unos años, por su especial relevancia, voy a hablar de otra guerra inminente: la guerra del talento.
En el sector de la tecnología, en general y en el entorno SAP en particular, cada vez es más evidente que se necesitan muchas más “manos” (incluso “cabezas”) de las que hay disponibles… y creo que esto no ha hecho nada más que empezar.
Bueno, realmente, es algo que se lleva intuyendo un tiempo ya, pero creo que es ahora cuando están empezando las primeras “explosiones” serias.
Esta semana hablaba con 2-3 colegas y todos coincidían en el problema de la escasez de recursos.
Uno de ellos me contaba que en los últimos meses, había tenido 3 personas que le había dicho que sí y con el contrato preparado, a punto de firmar, le decían finalmente que no; algo que, personalmente, no me parece ni medio normal.
Otro me comentaba que había consultoras que estaban empezando a plantear precio más razonables… después de muchos años “reventando” el mercado con tarifas pocos competitivas.
Por otro lado, el comentario general era también que todo esto no es compatible con que los clientes intenten “apretar” en las tarifas; y, en caso de hacerlo, tendrán el servicio acorde a dicha tarifa.
¿Cómo podemos salir de esta? Pues creo que, aparte de reclutar nuevos soldados para la causa, es importante habilitar a todos los que están en la reserva y dotarles del armamento adecuado.
Y esto plantea varios problemas…
Primero, reclutar gente no es sencillo, cuando la gente tiene alternativas mucho más interesantes que “ir a la guerra”… incluso, puestos a ir, tiene que ser por una causa justa y acorde a mis inquietudes.
Probablemente, me llame más alistarme en alguien que me deja “guerrear” desde casa que con alguien que me obliga a ir a sus dependencias…
Lo de movilizar a los de la reserva, no consiste en decirles: “mira, tienes a tu disposición, todas estar armas de última generación”… cuando ellos llevan años dando servicios con un Cetme o con un tirachinas, en algún caso…
No vale con que me “vomites” el contenido, me tienes que ayudar a digerirlo.
Como he dicho otras veces y no me cansaré de repetir, gran parte de estos problemas se resolverían con una única arma: honestidad.
¿Honestidad para qué?
- Para ofrecer tarifas lógicas.
- Para entregar servicios adecuados y acorde a esas tarifas.
- Para poner a las personas en el centro de tu negocio, de verdad, no sólo en las presentaciones.
- Para ser responsable de la calidad de tu trabajo y aprovechar las opciones que tienes a tu disposición de mejorar continuamente.
Y, como digo siempre también, esto es algo en el que todos tenemos que poner de nuestra parte: clientes, partners, fabricantes, consultores…
En resumen, vienen tiempos revueltos y tendremos que aprender a lidiar con ellos… y ya sabéis que estos tiempos son caldo de cultivo para mercenarios y gente que quiere poner su arsenal de armas en el mercado, a cualquier precio y sin la más mínima garantía.
Confiemos en que saber atajar esta guerra con el mínimo daño posible… 😉
Eres un sabio.
Más sabe el diablo por viejo que por diablo 😉
Muy buena reflexión!!
Simplemente, pienso en alto y escribo lo que muchos pensáis/pensamos… 😉
Muy buena reflexión Antonio…yo comento con mi entorno que se está produciendo una situación compleja desde el COVID donde los clientes están apretando para bajar precios y al mismo tiempo, hay muchos consultores que están recibiendo ofertas económicas muy altas por la necesidad que hay actual y las pocas manos, como tu comentas.
Veremos cómo termina esto…
Cierto, el tema del COVID, dejando patente que es posible teletrabajar, lo ha acelerado todo y hay que adaptarse a las nuevas circunstancias.
No nos llames recursos por favor, que suena a cárnica.
Tienes razón, es un término un poco frío… escasez de talento mejor 😉