Lo primero que tengo que decir es que no conocía de nada a Luismi… aunque creo que debería haberlo conocido. A la buena gente, siempre hay que conocerla.
Lamentablemente, hace 10 días falleció en un desgraciado accidente; demasiado joven, demasiado pronto.
Me enteré a través de LinkedIn, ya que un amigo suyo publicó un mensaje de despedida y, aunque ya digo que no le conocía, estas cosas siempre impactan y te hacen reflexionar en lo que puede cambiar todo en cuestión de segundos.
Al día siguiente, recibí un par de whatsapps, informándome de lo mismo, asumiendo que le conocía… razón de más para reafirmarme en que debería haberle conocido.
En uno de esos mensajes, se hacía mención a una campaña para recoger fondos para ayudar a su familia y he decidido escribir este artículo y compartirla, por si alguien se anima:
¿Por qué ayudarle si no le conocíais? Eso ya os lo dejo a cada uno. De hecho, yo mismo hice esa reflexión absurda y contesté así a uno de los mensajes:
Y luego pensé en lo que conocía a la gente que había detrás de las distintas organizaciones a las que pueda donar dinero y vi que tampoco las conocía.
Así que, a pesar de no haberle conocido en persona, espero hacerlo en un futuro (no tengo prisa, ¿eh?) allá donde vayamos los tipos altos, grandes y bonachones, así que yo pago la primera y la siguiente corre de su cuenta.
Al final, nos pasamos la vida trabajando, sin tiempo para nada y sin dedicarle el tiempo suficiente a lo que realmente importa.
Luismi, D.E.P.