Hace ya unos cuantos años publicaba un artículo en el que recomendaba una charla TED en la que hablaban de dos grandes problemas en muchas compañías: los jefes y las reuniones.
Os recuerdo el artículo:
De los primeros no toca hablar hoy, aunque seguro que habrá momento más adelante, hoy toca hablar de las dichosas reuniones.
Uno de los consejos que dan en la charla a la que hago referencia en el artículo lo he aplicado más de una vez (el consejo es “cancela la próxima reunión que tengas”), ¿y sabéis qué ha pasado? Efectivamente… NADA.
Soy enemigo de las reuniones, del reunirse por reunirse, a la vez que soy un firme defensor de las reuniones eficaces.
Hay pocas cosas más desesperantes que estar en una reunión que no te aporta nada y en la que tú no aportas nada… bueno, aunque también hay que decir que en esas reuniones realmente no estás, se creen que estás y realmente puede que esté tu cuerpo allí pero tu cabeza está muy lejos… eso cuando es una reunión presencial, cuando es online ya ni te cuento.
Porque esas es otra, con la pandemia, ya no tenemos la excusa de “no hay ninguna sala libre”, ahora estamos a un click de ser convocados a una reunión o a una cadena de reuniones, muchas de ellas, probablemente, prescindibles.
Por supuesto, el tema de poder hacer las reuniones en remoto también tiene sus ventajas, ya que en el pasado he conocido casos de gente que iba todos los días a la oficina, perdiendo más de 2 horas en transporte, para pasarse el día metido en una sala, solo, reunido con equipos de otros países…. pero, claro, como con la pandemia nos hemos transformado digitalmente… 😉
Tenéis cientos de artículos donde os dan trucos y consejos para intentar que las reuniones sean eficaces: mandar una agenda previa, convocar a la gente imprescindible, controlar el tiempo…
Hay reglas que pueden ser comunes, con independencia de que sean presenciales o no y otras que hay que tener más en cuenta cuando son reuniones en remoto o híbridas.
Estoy seguro de que todos nos hemos visto reflejados en las situaciones que muestran los vídeos anteriores, ¿o no?
Bien, pues como la teoría nos la sabemos y estoy seguro de que podéis encontrar esos artículos, os voy a dar un par de recursos distintos.
Por un lado, el primer episodio de un nuevo podcast (recomendado para los autónomos) de Alex Martínez Vidal, donde en su primer episodio habrá de este tema con Víctor Correal.
Algunas de sus reglas principales son: no aceptar reuniones e intentar resolver todo por mail.
Personalmente, con el mail tengo otra batalla, aunque reconozco que hay una frase mortal, la de “esta reunión podría haber sido un mail”.
Y el otro recurso que os recomiendo es un curso que salió en openSAP la semana pasada: Facilitate Remote Collaboration Like a Pro.
En el mismo, os hablan de la importancia de tener empatía, conocer a tu audiencia, planificar la sesión, saber finalizarla adecuadamente, etc… y me he dado cuenta de que muchas de las cosas que comentan las he ido poniendo en práctica, de manera gradual, en los últimos años, con el apoyo de distintas herramientas.
En cualquier caso, no está de más echarle un vistazo al curso, ya que herramientas aparte, lo más importante es tener claro que la forma de colaborar ha cambiado y puede que haya cosas que estemos dejando de lado.
Así, que, ya sabes, cancela la próxima reunión que tengas y ponte a ello, así podrás mejorar para la siguiente… 😉