De pelucas y caretas

caretaHace unos meses decidí crearme un perfil de Facebook nuevo para temas profesionales. Al igual que tengo un par de cuentas Twitter, una personal y otra profesional.

El motivo de hacer esto no fue el de evitar que mis contactos profesionales no pudieran ver lo que hago a nivel privado, como se podría pensar… si no el contrario: que la gente que me conoce fuera del ámbito de trabajo no se aburra con los “rollos” que puedo colgar, ya que la mayoría no saben lo que es SAP… y yo creo que ya me rindo,  no soy capaz de explicárselo… “informático, informático” y listo… porque lo de “consultor” muchos tampoco lo pillan… “¿y te pueden consultar de cualquier cosa?”… 😉

Si la intención hubiera sido la primera, lo habría tenido muy complicado, ya que muchos de mis contactos los comparto en ambos ámbitos (y a mucha honra): tengo amigos que trabajan conmigo, amigos con los que “compito”, amigos que son clientes, alguno que es proveedor… bueno, y también algún “enemigo”, pero más por su parte, yo no suelo perder energías con esas cosas.

Lo importante es tener las cosas claras y saber diferenciar una faceta de la otra. Entre personas racionales, no es complicado. Sólo es cuestión de saber que tú no me puedes preguntar por el agrupador de subdivisión de personal para plan de horario de trabajo una noche de juerga y yo no puedo ir a una reunión disfrazado de Rafaella Carra 😉

En cuanto a la imagen personal, la privacidad y todas esas cosas, lo tengo claro: olvídate de las políticas de privacidad, opciones de configuración y demás… Lo que no quieras que vean los demás, no lo subas a Internet. Así no hay peligro alguno.

Por mi parte, siempre me fiaré más de alguien que se pone un disfraz y una peluca rodeado de amigos que de alguien que va por la vida con careta permanente, sin dejar ver nunca su verdadera cara.

PD.- Huele a Carnaval… 😉

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