CQC: una buena forma de negociar

Hace unos años hubo un programa en televisión, basado en uno argentino, que se emitió en varias cadenas y que tenía un punto de irreverente: Caiga quien caiga (CQC).

Me gustaba el tono del programa porque eran capaces de preguntar cosas que otros no preguntaban, de una manera directa y haciendo buen uso del humor y la ironía. Y esa es una combinación que me gusta: ser directo pero con educación (y con humor, si ha lugar, perfecto).

No me gusta regatear. Sé que hay países en el que el acto del regateo es algo cultural, incluso llegan a ofenderse si no entras al trapo, pero… no me gusta. Si voy a algún sitio de este estilo y me piden 10 por algo, les ofrezco directamente 5 (sabiendo que vale 3, como mucho) y si no aceptan me voy, aguantando las maldiciones del vendedor de turno.

Evidentemente, si no me gusta regatear del lado del comprador, tampoco me gusta hacerlo del lado del vendedor.

Por eso, cuando me piden una oferta, intento presentar siempre la mejor oferta, tanto para el cliente como para mí, pero ya sé que el mundo no funciona así… 😉

Hay gente a la que le gusta negociar (queda mejor que “regatear”) y que además por defecto piensa que el proveedor siempre se la va a intentar colar. Como hay proveedores que piensan siempre que el cliente les va meter una cláusula leonina en el contrato. Aquí hay para todos… 😉

Probablemente, todo sería más sencillo si fuéramos todos más honestos, pero… ¡es lo que hay!

Recuerdo con un cliente en el que yo sabía que a él le gustaba siempre negociar, para dejar claro quién mandaba básicamente, en el que le hice el siguiente planteamiento: “Mira, esto cuesta 100… tenemos 2 opciones: que te diga 130, que nos tiremos media hora negociando y dejarlo en 110-120; o que te diga los 100, renuncies a quedar por encima y nos pongamos a trabajar”.

Lo hicimos por 100 y el proyecto fue bien, pero… a él no le gustó.

Con esto no digo que no haya que negociar, para nada, creo que es importante hacerlo y tener los conocimientos/habilidades para hacerlo bien no suele ser sencillo.

Me gusta especialmente la metodología CQC. ¿Caiga Quien Caiga?: no exactamente…  sería más bien Cuándo-Qué-Cuánto:

  • Cuándo: ¿qué plazos manejas para hacer el proyecto?, ¿cuándo quieres arrancar?…
  • Qué: ¿qué quieres hacer?, ¿qué necesitas?…
  • Cuánto: ¿cuánto puedes invertir?, ¿qué presupuesto tienes?…

Sólo hay una condición: de esas tres variables, te dejo que fijes sólo dos, la tercera la fijo yo.

Dos para ti, una para mí, empiezas a negociar con ventaja, no te quejes… 😉

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