Aquellos chalados en sus locos cacharros

En unos años, cuando echemos la vista atrás y veamos las fórmulas habituales de transporte que utilizamos hoy en día, nos sentiremos como nos sentimos ahora al ver la película del año 1965 que da título a este post.

Seguro que muchos de vosotros habéis compartido trayecto alguna vez con  BlaBlaCar y/o habéis utilizado alguno de los servicios de coche compartido (o carsharing, que dirían los modernos), como Car2Go o emov.

Tenemos al alcance de la mano la posibilidad de desplazarnos sin tener que disponer de un vehículo propio y aunque sé que esto no es algo nuevo, no es lo mismo… 😉

Puede que incluso alguno os hayáis subido a bordo de un Tesla que habéis solicitado por Uber conducido por un/a elegante señor/a que, por cierto, por muy elegante que sea, tiene los días contados con la irrupción del vehículo autónomo.

En definitiva, nuevos maneras de desplazarse y nuevos modelos de negocio que obligan al sector automovilístico a reinventarse, si tenemos en cuenta que tendremos que decir “Adiós a los coches en 2050”.

Por ejemplo, ese elegante señor/a de Uber tendrá que pasarse a UberAir si quiere seguir trabajando y, aunque a muchos os suene a ciencia ficción, podréis utilizar con propiedad la expresión de “me voy volando”, algo que hace ya hoy en día la policía de Dubai:

Como dijo el clásico: “Cosas veredes, amigo Sancho”… aunque realmente nunca dijo eso, como podéis ver en el link 😉

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