Cuestión de hábitos

Durante el mes pasado me propuse escribir una entrada en el blog cada día laborable y os aseguro que no era una tarea sencilla.

Por múltiples circunstancias, que no vienen al caso, no ha sido un mes fácil, pero lo cierto es que conseguí establecer y mantener el hábito durante todo el mes.

Según distintas teorías, para implantar un hábito necesitas un período de 21 días, pero ya os digo que un buen maestro de la procrastinación se pasa eso por donde yo me sé.

No hay que confiarse porque lo que sí que es cierto es que es mucho más fácil abandonar un hábito que construirlo, para eso hace falta sólo 1 día… ya sabéis, las famosas excepciones que se convierten en reglas: «por un día no pasa nada», «mañana hago el doble», «empiezo el lunes»…

¿Y ahora qué? Bueno, pues ahora no tengo claro si seguiré publicando con la misma frecuencia, volveré al hábito de antes (publicar cuando me parezca) o estableceré una rutina distinta.

Lo que tenía claro es que quería conseguir el objetivo marcado, que además me ayudaba a impulsar uno de los que me marqué al principio de año.

Por cierto, que revisando estos, hay algunos que van en buen camino, pero otros… Los referentes a clientes y el blog, van bien encaminados, pero lo del inglés y el peso tienen peor pinta, aunque aún me quedan 4 meses por delante… ¡se puede!

Y no te engañes, el tiempo es limitado pero tenemos todos el mismo (24 horas al día), lo importante es saber decir «no», establecer prioridades y actuar en consecuencia, porque por muchas promesas que nos hagamos si hacemos cosas distintas a las que predicamos, ya sabemos que el hábito no hace al monje… 😉

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