Circulen, circulen…

«Un señor llega a la recepción del hotel y coge una habitación, pero le pide al recepcionista subir a verla, para ver si cumple con los requisitos mínimos, ya que es un hombre muy exquisito… para evitar sospechas, le deja 100 € en depósito al recepcionista.

Este, que tiene una deuda con la cocinera, coge el billete y se lo entrega a la misma, quien a su vez le entrega el dinero a la gobernanta, que a su vez tenía una deuda por la misma cantidad con el botones del hotel, el cual había perdido 100 euros en un partida de poker la noche anterior con el recepcionista, por lo que decide saldar su deuda.

El cliente baja de la habitación y comunica su decisión de irse, coge sus 100 € y sale por la puerta.»

Esta es una adaptación libre de una historia muy vieja en la que se quiere reflejar la importancia de que el dinero debe circular. Si esos 100 € no hubieran salido nunca del bolsillo del cliente «rarito», no se habrían saldado ninguna de esas deudas. Con el simple hecho de hacer circular ese billete, se saldaron todas las deudas y los 100 € volvieron al bolsillo de su dueño.

Así que si queremos salir de esta… circulen, circulen… 😉

8 comentarios sobre “Circulen, circulen…

  1. Pfff… Este artículo es la suprema expresión de la mediocridad del aparato, intenta dárselas de filósofo, pero es un negado. Cómo detesto que gente oportunista intente venderle la moto a los demás usuarios. PENOSO.

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